La expulsión exprés de 135 presos políticos de Nicaragua a Guatemala es una grieta de esperanza frente al recrudecimiento de la represión del régimen Ortega-Murillo.
La cuarta liberación masiva de presos políticos de Nicaragua fue exprés y sin anticipo a familiares. La noche del 4 de septiembre, 135 personas detenidas de manera espuria en la lúgubre cárcel La Modelo fueron preparadas para su destierro hacia Guatemala, por intermediación del Departamento de Estado de EEUU. Las autoridades nicaragüenses entregaron pasaportes con fotografías tomadas en prisión a los detenidos y en la madrugada del 5 de septiembre los subieron a autobuses amarillos con rumbo al aeropuerto y con destino final a Ciudad de Guatemala.
Pero lejos de significar una fractura dentro del régimen Ortega-Murillo, muestra otra vuelta de tuerca en su afán por aislarse, agudizar la represión y concentrar el poder. Un día antes de comenzar con el movimiento dentro de la prisión para desterrar a los detenidos de conciencia, la Asamblea Nacional reformó el código penal para poder enjuiciar a personas naturales y jurídicas, nicaragüenses o extranjeras que cometan “delitos” contra el Estado desde el extranjero.
Como en casos anteriores, además, la Corte Suprema de Justicia ordenó el martes 10 de septiembre el despojo de la nacionalidad y confiscación de los bienes a los 135 desterrados.
La liberación representa, sin embargo, una rendija de esperanza para quienes sufrieron la oscuridad, vejaciones y tortura los meses que pasaron secuestrados en La Modelo, así como un alivio tangible para sus familiares, seres amados y una sociedad ávida de paz.
Son decenas las personas encarceladas simplemente por incomodar a un gobierno que considera una afrenta el ejercicio independiente de periodismo, o grabar una procesión con un celular. La dictadura Ortega-Murillo no tolera la crítica política de opositores, entre ellos comunistas como Julio García Guevara, quien, tras 17 meses privado de su libertad, finalmente pudo abrazar a sus hijas en Guatemala.
Según el Mecanismo para el Reconocimiento de las Personas Presas Políticas, aún quedan en la cárcel 36 presos de conciencia, como es el caso de Julio Navarrete pese a haber cumplido su sentencia en enero de 2023. Por otra parte, aún se desconoce el paradero de la periodista Fabiola Tercero, desaparecida desde el allanamiento a su vivienda el pasado 12 de julio.
Con profundo sentido de esperanza y reivindicación, nos solidarizamos con estas 135 personas liberadas y sus familias. También aplaudimos la decisión del Gobierno de Guatemala de acogerlas. Sin duda, un paso inmenso hacia la incansable lucha por la justicia en Nicaragua y toda Centroamérica.
👉🏽 Lee el boletín completo: https://centroamericamx.substack.com/p/una-rendija-en-el-calabozo-de-nicaragua